La vida. Todos tenemos una vida e intentamos vivirla de acuerdo a
nuestros deseos. Cada una de ellas es diferente y no por ello mejor o
peor ya que, al fin y al cabo, nosotros somos así, diferentes.
Sin embargo, ¿Qué es la vida?¿Un camino?¿Una senda por la que
viajamos para conseguir nuestros objetivos?
Yo considero la vida un coliseo gigante con miles de arenas en las
que las dificultades que nos vayamos encontrando son los enemigos
contra los que combatiremos.
Desde que nacemos nuestros padres nos guían y nos instruyen para
que podamos salir a la arena a combatir y salir victoriosos. Nos
enseñan los diferentes tipos de arena que nos vamos a encontrar, los
caminos que nos pueden llevar a ellas y los tipos de enemigos a los
que nos enfrentaremos.
Pero una vez allí, somos nosotros mismos quienes debemos
encontrar el modo de luchar y mantenernos en pie tras cada combate
que nos surja. Somos nosotros quienes debemos encontrar amigos y
compañeros que nos ayuden a sobrevivir, que estén ahí para cubrir
nuestros puntos ciegos. Amigos que nos sujeten cuando nuestras
fuerzas flaqueen y nos permitan seguir en pie tras recibir un duro
golpe del enemigo. Incluso que nos enseñen otras formas de combatir
a nuestros rivales, que nos muestren otros movimientos y otras
maneras de movernos que nos permitan vencer en cada combate.
Algunos amigos se convierten en compañeros de armas inseparables
y, en ocasiones, encuentras a alguien en el coliseo por el que merece
la pena luchar. Alguien que se convierte en tu razón para vencer en
cada combate. Esa persona que, aunque no esté en tu misma arena, te
ayuda a seguir peleando aunque la victoria parezca inalcanzable.
Instructores, compañeros de armas, esa persona….todos ellos
forman parte del equipo que te ayudará a vencer y triunfar en el
coliseo de la vida. Si confías y crees en ellos podrás derrotar a
cualquier enemigo que se presente.
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